A diferencia de lo que muchos creen, la pérdida de potencia de tu coche en verano es real. Esto es debido a varios factores que pueden hacer que tu vehículo pierda hasta unos 20 CV en el peor de los casos. En el post de hoy te explicaremos a qué se debe esa pérdida de potencia en verano, y te daremos algunos consejos para evitarla.
En verano, el aire se calienta mucho más que en otras épocas del año. Al superar los 35 grados Celsius, ya podemos notar una pérdida de 5 CV que, en motores turbo, puede llegar a ser hasta de 15 CV. Esto se debe a que, cuanto mayor es la temperatura del aire, más se reduce la presencia de oxígeno en él, dificultando así la quema del combustible en el interior del motor. Como los motores turbo precisan de más aire para funcionar, notan más esta falta de oxígeno, resultando en una mayor pérdida de potencia que en el resto de motores.
Además, puede ser que el calor cause la sobrecarga del sistema de refrigeración. Este sistema se encarga de controlar la temperatura del motor para que no supere la habitual (85-95 grados). En verano y, sobre todo, circulando a una velocidad inferior a 40 km/h, el sistema de refrigeración entra en acción más a menudo. Esto causa una pérdida de potencia de entorno a unos 2 CV, y un aumento del consumo más bien despreciable.
Otra de las causas que pueden hacer que nuestro coche pierda potencia en verano es el aire acondicionado. Al utilizarlo, restamos alrededor de 4 CV de potencia al motor. Además, el consumo de combustible también aumenta cuando estamos utilizando el aire. Este aumento de consumo, al igual que la pérdida de potencia, no son muy apreciables y no suponen un gran cambio sobre lo corriente.
Trucos para que nuestro coche no pierda potencia
A continuación, te daremos dos consejos para lograr que tu coche no pierda potencia debido al calor del verano:
- Limpia el filtro de aire y renueva las bujías. Si el filtro tiene suciedad y las bujías están desgastadas, la pérdida de potencia será más notable. Estas dos son operaciones sencillas y de bajo coste que pueden ayudar a que tu coche no baje tanto su rendimiento.
- Cambiar el líquido refrigerante cada cuatro años y vigilar su nivel una vez al mes. Así, optimizarás el rendimiento del sistema de refrigeración y lograrás que la potencia del motor se vea algo menos reducida.
En definitiva, el calor del verano puede provocar que la potencia de nuestro coche se vea reducida, si sumamos todas las posibilidades, en alrededor de unos 20 CV. Para reducir este efecto, debemos realizar un mantenimiento periódico de nuestro vehículo y comprobar que todo se mantiene en buen estado.
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